quinta-feira, 25 de fevereiro de 2010

Optimismo sin sentido

Hoy descubrí un ángulo que nunca había pensado sobre la tristeza. Hay una tristeza que no es muy racional. Digamos que una mujer me deja, me abandona. Una amiga, una amante, una mujer que forma parte de mi vida. Digamos que me abandona porque se enamoró de otro por ejemplo, o porque simplemente se cansó de mí. Entonces viene el impulso de sentirme triste por lo que he perdido. Pero en realidad lo que estoy perdiendo es el futuro. Que nadie conoce. Quizás abandonándome ahora me esté de hecho ahorrando ver nuestra relación amargarse, ensuciarse, cargarse de reverberos negativos y de silencios. Quizás me esté ahorrando verla arrepentida, culpable, queriendo volver el tiempo atrás. Quizás me esté ahorrando algún episodio obsceno y bochornoso. Esas y muchas otras posibilidades son parte de un futuro que ahora nunca ocurrirá. Algunas son menos probables con esta mujer en particular, por cómo ella es. Pero también hay que considerar que no la conozco perfectamente, totalmente. Ya me he equivocado. Entonces, mi impulso de tristeza no debería basarse en una posibilidad sola, la más atractiva, la que me daría más placer. Debería basarse en todas. Cada una con su probabilidad y su riesgo. La tristeza debería calcularse como se calcula un seguro.

segunda-feira, 11 de janeiro de 2010

Amor posible

"Aunque no puedas entrar, no te alejes de mí, tiéndeme siempre tu mano aunque no puedas verme; si no lo haces, olvidaré la vida o ella me olvidará a mí", Jesús a María de Magdala, en El Evangelio según Jesucristo, José Saramago, 1991.

quarta-feira, 9 de dezembro de 2009

Dignidad

Una canción, de mi hijo, me decía.
Hay maneras más dignas de envejecer.
Cada cartel de la vereda, me decía.
Me hablaba a mí. Me conocía.
Perdedor... Comprame perdedor...
Mi ropa hablaba.
Hay pobres con ese reloj.
Mi piel, mi pelo, mi barriga,
mis dientes.
Perdedor. Perdedor.
Mis uñas. Mis pies.
Me hablaban.
Mi aliento. Mi forma de caminar.
Mi casa. Mis muebles. Mi ciudad. Mi lengua.
No me hieren. No los oigo.
Me concentro en la canción.

quinta-feira, 12 de novembro de 2009

Brega

No, no me digas a mí palabras que creo me harán llorar después.
Yo sé que viviré por mucho tiempo más recuerdos de los dos.

E tão difícil ficar sem você, o teu amor é gostoso demais.

O problema talvez foi ter ficado com você.
Eu fui otimista demais. Eu fui desconsiderado?
Mea culpa. Quão grande é minha culpa? Agora eu vou saber.
Ai, tenho tanta saudade daquela pessõa que eu achava você fosse,
ou você era...

Vou me perder na madrugada
sem me importar se nesse instante sou dominado ou se domino,
vou me sentir como um gigante
ou nada mais do que um menino.
Estrelas mudam de lugar!!! Gardel

Ouvindo a Bethânia

maldita hora em que eu pedi perdão e tanto me humilhei
maldito pranto do arrependimento que tanto chorei
agora eu sinto as horas que passei acusando a mim mesma e querendo morrer
quando eu devia apenas não pensar, sorrir e não sofrer

o seu perdão caiu que nem esmola sobre a minha dor
como se fosse pecado eu sonhar e tentar outro (tipo de) amor
agora eu sinto uma vergonha imensa
não do meu pecado mas do seu perdão
maldita hora em que me humilhei (mesmo) se me humilhei em vão

eu já disse que considero a felicidade sobre-valorizada nesta nossa época,
mas também eu preferia não sofrer essa tristeza de hoje, essa sensação de vazio,
essa sensação de ter perdido tanto perdendo você,
e simultaneamente pensando que não deveria me ter surpreendido tanto
foi como uma batida de mármore
mas resistirei
como um touro