quarta-feira, 9 de setembro de 2009

Lorenzo: Ocurrió en las Galápagos

Valentina come su lechuga durante la clase de lengua en el aula de 1ro B. Le gustaria poder hablar y corregir los errores, no sólo de los chicos, sino también de la profesora nueva, que le parece un poco ignorante y demasiado permisiva. Ella era más exigente, no faltaba nunca y nunca llegaba tarde. Costara lo que costara. No aceptó quedarse en cama, ni por la gripe porcina. Cuando la fiebre empezó aquel martes, la desesperó pensar que al día siguiente no podría ir al colegio a exigir la tarea pedida hace unas horas. Y la desesperación le dio una idea.

Fue con su hermano biólogo a pedirle aquella droga experimental en que estaba trabajando. Tamiflu Ultra. La única que podría curarla en el lapso de unas horas. La tomó y, efectivamente, al despertarse el miércoles la fiebre había desaparecido. En el camino al colegio empezó la picazón en la piel, sobre todo en la espalda, y la pérdida del equilibrio. Llegó al colegio arrastrandose en cuatro patas y sintiendo un peso absurdo en la espalda. Tardo mucho llegar al aula y al intentar hablar, descubrió que no podía.

Ya esta por tocar el timbre, Catalina se relame pensando la lechuguita fresca que los chicos le van a poner en el plato antes de irse a jugar al patio.

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